La felicidad sólo es real cuando se comparte
El sábado fue mi última clase en teatro. No porque terminara el curso, sino, porque no quise ir mas, estuve en La Nonna durante dos años y medio y creo que cumplí mi ciclo en ese lugar, o al menos no me siento identificada como para seguir con las clases, no me siento cómoda, el teatro no cambió ni tampoco mis compañeros, yo cambié, yo crecí... O quizás no crecí, simplemente quiero algo diferente a lo que anhelaba a mis quince años. Busco algo mas independiente, quiero que me digan con frialdad, si debo dedicarme a algo totalmente diferente a lo que es el teatro, quiero que sean sinceros y determinantes, quiero hacer teatro para hacer un bien a alguien, no para cobrar una entrada. La Nonna ya no puede darme eso y por eso me voy. 
Quiero contar como fue el día en que entré por última vez. Respiraba fuerte, como cuando tengo que confesar algo o como cuando me van a decir algo que ya sé, respiraba fuerte por nervios, la escalera de la que siempre me quejaba, no la sentí, fue liviana, subí al segundo piso casi flotando. Entré y estaban ensayando Leti y Coty una escena de Lúcido (obra que nunca llegue a ensayar) me senté al lado de Maxi y Esteban (cuánto los quiero) hablamos y les dije que era mi última clase, que me venía a despedir, Esteban se enojo y puso cara triste, Maxi me agradeció el gesto de aunque sea venir a despedirme, algo que ninguno de todos los que se fueron, hicieron. Hablamos de lugares posibles para volver a empezar, me recomendaron algunos de los que habían escuchado y me dijeron que quieren seguir con el proyecto independiente pensado, me hablaron de una obra de tres, bastante complicada y muy buena. Terminaron de ensayar, entro Chupe, hice unas bromas acerca de mi despedida pero a Esteban esta vez, no le causaron mis bromas, las que hago siempre y el me hace callar para que no siga y lo haga tentar. Esta vez el aire se masticaba, Chupe me pregunto que hacia con la cartera encima y le dije que me iba, que no iba a seguir y me pregunto por  qué le conté, le dije que no quería hacerle perder el tiempo a los chicos ni tampoco perderlo yo (entre otras cosas) y me dijo que la respuesta era válida que si fuese otra razón me hubiese dicho que era una estupidez, pero lo aceptaba y que cuando quiera volver las puertas estaban abiertas. Chupe nos dejo a solas y me despedi de todos, a Esteban le brillaban los ojos, y me prometieron una despedida, empece a caminar me di vuelta, los salude con la mano y empece a bajar, esta vez si senti las escaleras, me vi en el espejo que esta en el descanso y me vi en un flash a los quince, me vi entrando con Flor por primera vez, me vi esperando a que me digan en que sala me iba a tocar, me vi fichando a los 25 compañeros que tenía, veía a Mike guiñandome el ojo cada vez que pasaba al frente, veía a Maxi haciendo chistes, veía a las chicas chusmeando sobre otros grupos, veía a María que era la chica que hacia la propaganda de Tiza, vi a los que se fueron, vi a los que se quedaron, vi el escenario y la luz que me encandiló por primera vez, vi a mis papás y a mis amigas viéndome desde abajo, me vi a mi sintiéndome plena y llore, llore mucho hasta llegar a la puerta y disimulando deje que Santina me abriera, me di vuelta por ultima vez y supe que mis días como alumna "Rinshera" se habían terminado, sentí en carne propia una de las mas costosas despedida. 
Los quiero con la sangre tablonera que llevo adentro, los sigo con la convicción de que se independicen y los espero siempre para compartir el escenario una vez mas. 

Abril

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