La felicidad sólo es real cuando se comparte
¿Uno ama como quiere o como puede? Yo creo que no hay una fórmula para el amor, no se hace ni se construye, se siente y se vive; yo no voy eligiendo por ahí de que persona me voy a enamorar, el corazón de esa misma es el que me elige a mí y viceversa. Me enamore, reí llore, disfrute y sufrí, mucho, sufrí mucho. Y eso es lo que me hizo caer en la cuenta de que me había enamorado, que me duela; porque si no te duele no te importa y si no te importa no estás enamorado. Sé lo que se siente, ame con todas mis fuerzas, hasta más no poder y me amaron pero no de la misma forma (como pudo) costó aceptar que no todos somos iguales, que todos tenemos nuestros tiempos y formas y que son diferentes a los nuestros. Costó porque tenía quince años, costó porque estaba enamorada, costó porque siempre viví a la expectativa de ser recompensada por mis buenos actos, por mi “linda” manera de amar o de demostrar, costó y ¡cómo costó! No entendía como alguien no me podía amar de tal forma con todo lo que habíamos vivido, con todo lo que le di, cada palabra, cada beso, cada momento juntos era significativo, después de haber luchado tanto para estar bien, te preguntas ¿Por qué? Y por eso mismo, porque  podíamos formar 1+1=1 pero al final del día nosotros seguíamos siendo dos personas con una vida y una formación diferente. No lo culpo, el tenía mi misma edad, quizás no fue la forma en la que hubiese preferido terminar todo, pero las cosas pasan por algo y él me amo como pudo, porque tengo la certeza de que hubiese querido hacerlo de otra forma.
Hoy, dejo que todo lo malo se lo lleve él, yo me quedo con lo bueno, con lo que necesito saber para no arrepentirme de nada, con un año y medio de aprendizaje, caídas y amor, mucho amor

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