Estuve, en estos días, escuchando a mi vieja aconsejar a un amigo mío, sobre amor, claramente.
Me deja un malambo en la cabeza escucharla, tiene una opinión muy "blanco o negro" sobre lo que sentimos, o lo que se hace ante tal situación. Dice que si te ama no te caga, si se ama se perdona, se cuida y se respeta a la otra persona. Cosa con la que estoy de acuerdo, pero, me hace dudar, porque habla en general, y yo creo que cada uno ama como puede, como le sale y como es, no hay reglas ni normas, hay personas.
Yo perdono, pero no pensando en el beneficio a la otra persona, es para sentirme limpia yo, tranquila, sin rencor, tratar de no ser rencorosa es una de las metas a la que mas me esta costando llegar; querer no es poder, yo siento que no tendría que estar perdonando, pero no puedo con mi genio, mi cuerpo necesita cosas que mi mente rechaza. Tengo a la oposición dentro de mi, como dice el Piti (bendito seas) "...dentro mío bailan Hitler y Mahatma..." Ahí, justo ahí es a donde encuentro el amor, el forro del amor, el Mahatma que quiere perdonar, OJO, Mahatma no mea agua bendita, perdona pero no olvida; sí, hablamos de el tipo que hizo una revolución pacífica, pero también era de carne y hueso, y no olvidó nada de lo que vivió. En el 'no olvido' esta escondido el rencor, es el que Hitler quiere sacar afuera, para que vivas con ese recuerdo, con ese resentimiento, que lo sientas tanto que no puedas perdonar, que te haga sentir odio y ahí lo tenes, marchando al lado tuyo, vestido con su traje de militar, mirando fijo hacia atrás, con el ceño fruncido; ah, no, no es Hitler, sos vos, ¡Sí! sos vos, como un pelotudo mirando para atrás, quejándote de la mierda del pasado y chocandote con el futuro, el futuro que te hace tropezar, y no te deja mirar fijo para atrás, pero vos insistís, queres seguir, el ceño no te da más, te duele la cabeza de tanto odiar, pero no podes parar. Hasta que llega el forro, si, el forro del que hablaba al principio, te tira una mirada, y caes, el traje se te ensucia, el ceño se alivia, giras la cabeza apenas, y lo ves a Mahatma, ves a tu amor, a tu verdadero yo. Respirá hondo, extendé la mano, elegí cual, porque hay muchas; parate y dale para adelante, camina, camina sin parar; pero no olvides, nunca olvides.
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